La decisión de irse a vivir con la pareja no es un asunto que deba tomarse a la ligera. La cotidianeidad conlleva retos que si no se plantean con antelación, pueden agravar las eventuales fricciones y hasta llegar a la ruptura de la relación; siendo uno de ellos el relativo al dinero.
Dividir los gastos, contemplar un plan de emergencia y las metas financieras son algunos de los temas que deben ponerse sobre la mesa antes de preparar la mudanza, e incluso retomarlos varias veces más tras iniciar la vida en pareja. ¿Pero por dónde empezar? Aquí te compartimos algunos consejos.
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Antes que nada…
“Cuando tomamos la decisión de vivir con la pareja, todo se convierte en financiero”, consideró Jesús Chávez Ugalde de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
En entrevista con MILENIO el actuario señaló la importancia de sostener un diálogo franco y transparente para aterrizar los planes financieros de acuerdo a los ingresos de cada parte. De manera específica, en dicha plática se pueden abordar:
- Las metas que puedan implicar un mayor compromiso económico: desde lo más “simple” como adoptar una mascota, hasta planes de más largo plazo como empezar a formar una familia o adquirir una propiedad.
- Los lineamientos para las compras compartidas.
- La estructura de la división de gastos y de presupuestos.
“Si quieres tener y compartir con tu pareja una meta, debes establecer algo hacia dónde están de acuerdo y hacia dónde quieren llegar. (...) Del diálogo depende que la pareja realmente se lleve bien”, apuntó.

¿Cómo repartir los gastos en pareja?
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para el 2022 en el 52% de los matrimonios heterosexuales ambas partes trabajaban; en 38.6%, él trabajaba y ella no; en 1.6%, ninguna de las partes laboraba, y sólo 0.8% él no trabajaba, pero ella sí. De ahí que el punto de partida para planear la repartición de gastos deba ser el sueldo que cada parte percibe, así como las deudas pendientes.
“Prorratear (o sea la distribución proporcional) es lo ideal”, señaló Chávez en la entrevista. “¿Quién compra qué? ¿Cómo se paga la renta? ¿Quién paga la luz?”, ejemplificó.
La repartición de gastos, a su vez, debe estar basada en el presupuesto de pareja. Es decir, el control de ingresos y gastos que se hacen a la semana o al mes.
De acuerdo a la Condusef, un escenario óptimo es cuando los ingresos superan a los gastos, ya que da paso a considerar oportunidades de ahorro, inversiones, aumento de patrimonio o saldar deudas pendientes. No así cuando los ingresos son menores a los gastos o cuando ambos están en el mismo nivel— pues este último es tambaleante en los imprevistos y, por ende, no garantiza tranquilidad financiera—.
“El presupuesto lo tengo que verificar por lo menos una vez al mes. Porque si no lo hago de esa manera, no estaríamos revisando lo que está sucediendo y eso puede desestabilizar porque a la mejor, por ejemplo, no nos dimos cuenta que gastamos mucho más de luz. (...) Se debe ir adecuando”.

En 2022 el INEGI indicó que el gasto principal de los hogares mexicanos fueron los del rubro “Alimentos, bebidas y tabaco”. A ello le siguió el de “Transporte y comunicaciones”, “Educación y esparcimiento”, “Vivienda y servicios”, “Cuidados personales”, “Limpieza y cuidados de la casa”, “Vestido y calzado” y “Salud”.
Con estas consideraciones (además del presupuesto y los sueldos) la Condusef propone dos métodos para organizar los gastos:
- Método 50/50: cada parte de la pareja pagará la mitad del total de gastos sin importar el sueldo.
- Método proporcional: cada parte pague de manera proporcional a lo que gana en su trabajo.
EL DATO...Equilibrio entre lo individual y compartido
Cuerpo.....
¡No a la infidelidad financiera!
Cuando se habla de infidelidad normalmente se apela a alguna traición sentimental, como besar a otra persona o sostener dos relaciones al mismo tiempo. Sin embargo, la deslealtad también ocurre desde lo económico y puede ser tan perjudicial como la de índole amorosa.
La Condusef lo define como “infidelidad financiera”, es decir cuando alguien de la relación oculta, miente o es deshonesta respecto a su situación económica. De igual manera aplica cuando hay comportamientos que rompen los acuerdos establecidos, tales como ocultar deudas, mentir sobre los ingresos, solicitar préstamos sin avisar, utilizar los ahorros en común sin consultar o hacer compras sin informar.
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Según US News Report, los movimientos bancarios inesperados son una de las señales de alerta, junto a cambios de actitud al hablar de dinero o recibir paquetes inesperados en casa. En caso de detectarse, la Comisión recomienda:
- No recriminar o discutir. Asumir responsabilidades.
- Clasificar las deudas de mayor a menor, priorizando las que tienen mayores intereses o fechas de pago cercanas.
- Cubrir más del pago mínimo de las tarjetas de crédito y una vez saldada una deuda, utilizar el dinero para la siguiente.
- Conversar sobre finanzas al menos una vez al mes.
- Armar un plan financiero y adoptar hábitos de ahorro.
- Aprender sobre educación financiera con cursos personales en pareja.
ASG