MACROECONOMÍA
Alemania

Se agudiza la crisis en el gobierno alemán por las diferencias en política económica

Las encuestas arrojan un sombrío panorama sobre todos los integrantes del Gobierno y especialmente para los liberales, de los que anticipa su desaparición

Olaf Scholz, canciller de Alemania
Olaf Scholz, canciller de AlemaniaEfe
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El Gobierno alemán se tambalea. El "otoño de las decisiones" proclamado por los liberales (FDP) del tripartido del canciller Olaf Scholz se ha comprimido en la "semana de las decisiones" y la reunión esta noche de miércoles de las comisiones de los partidos que conforman la coalición de gobierno será clave. Si socialdemócratas (SPD) y Verdes desoyen como hasta ahora las exigencias en materia económica y presupuestaria del tercero en discordia, el próximo día 14 no habrá presupuestos generales para el año próximo, sino amenaza real de elecciones anticipadas.

La coalición se enfrenta a un problema existencial y, en el caso del FPD el dilema es a vida o muerte. Las encuestas, aunque pésimas para todos los integrantes del Gobierno, anuncian prácticamente la desaparición de los liberales como partido. Si las elecciones fijadas para el 28 de septiembre del año que viene se celebraran este domingo, el FDP no superaría el 5% necesario para entrar en el Bundestag. La formación referencia de las élites económicas se ha desangrado en los comicios regionales de estos tres últimos años, diluido en el meandro de medidas ideológicas impulsadas por sus socios en ministerios más visibles y amigables que el de Finanzas.

La recesión económica no ha hecho sino acentuar las diferencias y con ellas la necesidad urgente del FPD por acometer el giro económico prometido a sus votantes. El domingo dio un golpe en la mesa y dirigió un documento de 18 páginas sus socios marcando las pautas para evitar daños a Alemania como lugar de negocios. En concreto, abogó por una moratoria inmediata de todas las normativas, por más medidas de consolidación y recortes en los gastos del Estado. Paralelamente, exigió reducir la carga de las empresas, dar los primeros pasos hacia la supresión total del recargo de solidaridad, la reducción del impuesto de sociedades y la sustitución de los objetivos climáticos nacionales por los europeos.

El documento ha provocado un considerable enfado entre los socios de la coalición. La líder del grupo parlamentario de los Verdes, Katharina Dröge, acusó a Lindner de falta de espíritu de equipo, aunque dejó claro que los Verdes querían seguir con la coalición. En respuesta a las especulaciones sobre un final prematuro de la coalición del semáforo, declaró: "Creo que tenemos una responsabilidad. Si recibes el mandato de los votantes para formar gobierno, entonces debes hacerlo durante cuatro años".

El copresidente del SPD, Lars Klingbeil, expresó una opinión similar. "Me doy cuenta de que el Berlín político está súpernervioso estos días y hay mucha especulación sobre lo que pasará después", dijo." Pero eso es exactamente lo que molesta a la gente de este país. A mí también, por cierto".

La respuesta del equipo económico del SPD a las propuestas de Lindner no da lugar a lo contrario. "El giro económico de Lindner es prácticamente incompatible con los principios del SPD y, por tanto, inviable", es la sentencia. Según los expertos del SPD, las propuestas de Lindner podrían impulsar el crecimiento económico a corto plazo, pero acarrearían "enormes incertidumbres económicas a medio y largo plazo" además de "graves daños colaterales en la política social y del mercado laboral y en la política medioambiental". En consecuencia, lo rechaza.

Scholz (SPD), Lindner y Habeck se reunieron ayer para explorar salidas a la crisis de Gobierno y volverán a hacerlo previo al pleno de esta noche, pero no hay indicios de acuerdo, más bien al contrario. La copresidenta del SPD, Saskia Esken, asegura por tanto que el partido está preparado para el caso de un colapso de la coalición y lo mismo parecen estarlo los liberales. En una reunión de la industria de la construcción de Renania del Norte-Westfalia celebrada el lunes en Düsseldorf, Lindner reiteró que estos son "días de decisiones importantes". Atrapada en un marco macroeconómico deprimido, el ministro insistió en que e Alemania sufre de una regulación excesiva, se ha convertido en un Estado del bienestar que tolera la inactividad, ha renunciado a la energía nuclear y se encuentra en una senda especial única en el mundo en política energética y climática.

El líder de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), Friedrich Merz, coincide en el diagnostico y apoya el curso de Lindner. "Los detalles pueden ser discutibles, pero las propuestas son un paso en la dirección correcta. En conjunto, tienen como objetivo reforzar la competitividad de nuestra economía. Para salvar las empresas y los puestos de trabajo, debe ocurrir algo más que la continuación una disputa en el Gobierno sobre el rumbo correcto de la política económica".